La Comisión Coordinadora del Programa Nacional de Acción Pastoral sobre Drogadependencia está integrada por un grupo de católicos comprometidos -laicos, diáconos y sacerdotes- que, dependiendo de la Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) quiere hacer realidad una primera meta:
¡EN CADA DIÓCESIS UNA PASTORAL SOBRE DROGADEPENDENCIA!
Los miembros de la Comisión Coordinadora hace tiempo que pastoral o profesionalmente trabajamos en el campo de la prevención y asistencia de las adicciones. Y ahora queremos hacerlo integradamente, respondiendo a la preocupación unánime de los Obispos que, en su 94ª Asamblea (noviembre de 2007), publicaron el Documento: ”La droga, sinónimo de muerte”.
La Comisión Coordinadora está a disposición de las distintas jurisdicciones para acompañarlas en tareas de asesoramiento, planificación y formación, y de los referentes diocesanos para cualquier consulta al respecto.
MISIÓN
Poner en marcha el PROGRAMA NACIONAL DE ACCIÓN PASTORAL SOBRE DROGADEPENDENCIA que recibió el amplio aval de los Obispos, como necesidad de enfrentar el creciente flagelo de la droga.
En el Primer Encuentro de referentes diocesanos (4, 5 y 6 de abril de 2008) quedó establecida aquella primera meta: que cada Diócesis argentina cree su propia Pastoral de Adicciones, en estrecho contacto con las Pastorales de Juventud, Penitenciaria, de la Mujer, de la Familia, Niñez y Adolescencia, de la Salud, de la Jurec y de la Catequesis.
Una segunda meta –una vez cumplida la organización y la puesta en marcha de las Pastorales diocesanas- será la constitución de una RED PREVENTIVO – ASISTENCIAL
VISIÓN
En este tema, tenemos una lúcida visión de Iglesia: estamos por la vida y su promoción.
La droga, en cambio, como se titula el documento fundamental de la CEA aprobado para el lanzamiento de nuestra pastoral, es “… sinónimo de muerte”.
VALORES
Nos inspiran los valores cristianos, basados en nuestra convicción de que Jesús es Camino, Verdad, Resurrección y Vida.
Nuestro fundamento es el Evangelio, con el que queremos tender un puente a la vida. La vida merece ser vivida en plenitud Y la droga atenta contra ella.
Defendemos a la familia, tan amenazada en los últimos tiempos.
Creemos que la educación y la prevención son lo más digno y propio para la salud física y psíquica del hombre. Sólo cuando fallan, debe recurrirse a la asistencia.